miércoles, 9 de mayo de 2012

Nueva novela de Raúl Torres

Raúl Torres acaba de publicar una nueva novela. En esta ocasión se trata de Río de la Carne, una novela negra de corte policiaco en la que el misterio cobra protagonismo y se enlaza con el realismo que es propio de otras obras del genial escritor conquense. Se trata de una aventura entre la más pura tradición local y el universalismo de un escritor de viajes como Raúl, con ciertas dosis gastronómicas a caballo entre la obra de Vázquez Montalbán y aquel añorado premio de periodismo, el Tormo de Oro, que durante tantos años él mismo estuvo dirigiendo.

Para comprender esto no hay más que leer el inicio del relato: "Rosita Ramírez degustaba un tuétano de hueso de ternera, abrazado con caviar y caldo de judías con chorizo, que hacía tremar su paladar de iniciada gastronómada. La receta se la había escuchado a algún vasco heredero de los tripasai a los que hacen referencia Luis Atonio de Vega y el Dr. Thebusem, los críticos más grandes de la coquinaria españoa, y estando segura de que sabía tanto a manteles se dispuso a todo. Un ser como ella, recién llegada del Caribe, hizo que su madre le cocinara un morteruelo al caviar que le pareció suculento, aunque ahora, todas estas cosas no tenían mayor importancia: Pedro Torres hacía extraordinarias croquetas del manjar conquense, y Claudio García, el cocinero del Rey, cuando su majestad salía de viaje a Brasil, México, y otras tierras del más allá, lograba unas ilustradas empanadillas, deliciosas,al moteruelo."

En resumen: un título más en el curriculum del escritor de Cañada del Hoyo, un currículum que, por otra parte, en repetidas ocasiones se ha visto ampliado con algunos de los más prestigiosos premios de novela, poesía y cuento. Antonio Hernández ha escrito sobre Raúl lo siguiente: "Creo sinceramente que la narrativa de Raúl Torres, en la estela de los narradores pensadores, es un ejercicio literario y conceptual a la vez. Placer de la palabra y goce intelectual, fascinación de lo profundo y éxtasis de la superficie, lucha al alba del ángel y participación dichosa de mediodía, geometría inédita del deseo y cercanía del amor, plenitud inmediata de la carne y tiniebla de una nada que nadea por sus relatos, y abrazo feliz de léxico y discurso, atrevida paradoja y grata afirmación, eco pánico de sentencia presocrática o conceptualismo moderno de Quevedo o Gracián, escritores también cerca de un pensamiento filosófico libre."