Seguimos
en estas páginas descubriendo a conquenses prácticamente desconocidos por la
generalidad de sus paisanos actuales. En este caso le toca el turno a Julián
Sánchez Bort, arquitecto e ingeniero militar del siglo XVIII, autor de
diferentes obras civiles y de otras relacionadas con la defensa naval, que
están repartidas por diferentes puertos nacionales, y que fueron realizadas
precisamente en aquella época dieciochesca en la que este tipo de estructuras,
en España y fuera de España, estaban recibiendo un fuerte impulso renovador.
Antes
de adentrarnos en la obra de nuestro protagonista, haremos un breve repaso a la
figura de su tío, el también arquitecto levantino Jaime Bort y Meliá, porque de
alguna manera influyó sobre la labor profesional de aquél. Éste había nacido a
finales del siglo XVII en Cuevas de Vinromá, en la provincia de Castellón, y
durante el primer cuarto de la centuria siguiente realizó diversos trabajos en
Murcia, así como en algunos pueblos de aquella provincia. Allí, participó en la
realización de la fachada del santuario de la Virgen de la Fuensanta, patrona
de la ciudad, y en la plaza del marqués de Camachos, en la que proyectó un gran
espacio pensado para las grandes celebraciones, y entre ellas las célebres corridas
de toros. También terminó, en la misma ciudad, el Puente de los Peligros, sobre
el río Segura, y la iglesia de la Merced. Y en la provincia murciana trabajó
sobre todo en San Javier, donde realizó la ermita de Roda, y el ayuntamiento de
Caravaca de la Cruz, de gran interés para los conquenses porque presenta un
trazado similar al de la ciudad del Júcar, aunque más pequeño y sencillo, en el
que sustituye los dos arcos laterales por sendas puertas adinteladas, dejando
sólo abierto al tráfico el espacio central. Y en la provincia de Alicante
trabajó en el palacio del conde de la Granja y en la iglesia de las santas
Justa y Rufina, ambas levantadas en Orihuela, y en la portada sur de la
basílica de Santa María de Elche.
Sin
embargo, su obra más conocida en la zona levantina es la fachada barroca de la
catedral de Murcia, que fue levantada con el fin de sustituir a la obra
anterior, que había quedado completamente arruinada en 1738, a causa de una de
las sucesivas riadas que sufrió la ciudad a lo largo de su historia. El
proyecto había sido encargado por el cabildo diocesano a Sebastián Ferignan,
director de obras del arsenal de Cartagena, pero fue Jaime Bort el que se
encargaría de realizar finalmente la obra, de acuerdo con los planos del propio
Ferignan, pero demostrando al mismo tiempo su propia pericia constructiva. Se trata, en efecto, de una de las grandes
referencias del barroco levantino español, y ha sido considerada por los
especialistas como un gran retablo en piedra, en el que los planos cóncavos
alternan con los planos convexos. La obra fue realizada entre 1738 y 1753.
Jaime
Bort no era conquense, desde luego, pero en Cuenca vivió varios años,
trabajando como maestro de obras del propio ayuntamiento; y en Cuenca, tanto en
la ciudad como en la provincia, realizó algunas de sus obras. Es de destacar la
ermita del Santo Rostro, en Honrubia, realizada en 1720, para la que realizó
también un precioso retablo. Ambas obras, ermita y retablo, son también dos
hermosos ejemplares del barroco valenciano. Sin embargo, la principal obra
conquense de Bort es el proyecto que realizó para el nuevo edificio del
ayuntamiento, proyecto que le fue encargado al arquitecto castellonense por el corregidor
Juan Francisco de Luján y Arce en 1733. Sin embargo, los trabajos de
construcción de este edificio tuvieron que hacer frente a innumerables
dificultades, no pudiendo terminarse, por el arquitecto turolense José Martín
de Aldehuela, hasta el año 1763, cuando el autor del proyecto llevaba ya casi
diez años fallecido.
De
esta forma ha definido José Luis Barrio Moya el proyecto de Bort: “Urbanísticamente el Ayuntamiento de Cuenca
sirve como pórtico de entrada a la Plaza Mayor, levantándose sobre tres arcos,
el central de medio punto y los laterales ligeramente apuntados. Los arcos
llevan bóvedas de arista cuyas claves aparecen decoradas con elementos rocalla.
Sobre el pórtico se eleva el cuerpo central del edificio, formado por dos
partes. La baja lleva balcón corrido y la alta, ventanas. Sobre el segundo
cuerpo aparece un friso decorado con rombos. En el centro de este segundo piso
se encuentra un escudo de España y todo el conjunto se remata con otro elemento
heráldico, sostenido por un león, y con inscripción laudatoria a Carlos III.”
Ayuntamiento de Cuenca
Foto: Julián Recuenco
Jaime
Bort falleció en Madrid en el mes de febrero de 1754. Él no era de Cuenca, como hemos dicho, pero
dejó en Cuenca algunas de sus obras más importantes. Sí era de Cuenca su
sobrino, Julián Sánchez Bort, hijo de una hermana del arquitecto, que nació en
la ciudad del Júcar en 1725. Siguiendo a su tío cuando éste regresó a tierras
murcianas, estudió primero en la Universidad de Orihuela, y trabajó durante sus
años juveniles en algunas de las obras realizadas por Jaime. Después continuó
sus estudios en el extranjero, principalmente en Francia y Países Bajos,
especializándose en ingeniería hidráulica, lo que le permitiría convertirse con
el tiempo en uno de los más reputados ingenieros navales. Y de regresó a España
continuó sus estudios arquitectónicos en la Academia de Bellas Artes de San
Fernando.
Las
obras que en la década de los años cuarenta realizó para la canalización de las
aguas del río Segura, con el fin de evitar nuevas inundaciones a su paso por la
capital murciana, hicieron que el conquense fuera llamado a la corte, con el
fin de supervisar las obras de los reales sitios. En esta etapa se enmarca la
realización, en 1748, de sendos puentes en el Real Sitio de El Pardo. Desde
allí, y después de haber terminado su formación, sería enviado a la ciudad de
Ferrol (La Coruña), donde llevó a cabo la construcción del nuevo arsenal, del
que sería nombrado en 1762 nuevo director general, en sustitución de Francisco
Llobet. También fortificó la ciudad gallega, a imitación del puerto de
Dunkerque, en Francia, que conocía de sus años de estudio, y el cuartel de
batallones.
Desde
Galicia, Sánchez Bort sería trasladado a Navarra, donde siguió realizado
diversas obras de carácter militar, y otras de enorme interés económico para el
país, como la terminación del Canal Imperial de Aragón. Y en Madrid, algunos
años más tarde, colaboró con Jorge Juan, con el que ya había colaborado también
durante sus años gallegos, en la construcción de una nueva bomba de agua, que
después sería instalada bajo su supervisión en la base naval de Cartagena.
También realizó, en 1774, las reformas llevadas a cabo en el puerto de San
Sebastián. Finalmente, en 1777 pasaría a Cádiz, el otro gran puerto español del
Atlántico, al ser nombrado director del arsenal de La Carraca, en Isla de León,
donde proyectó los nuevos diques y supervisó la nueva población de San Carlos,
que sin embargo no llegaría a terminarse nunca.
Junto
a esta gran labor como ingeniero hidráulico, que le llevó por los puertos más
importantes de la costa española, también destacó como arquitecto, enmarcándose
su obra dentro del nuevo estilo neoclásico que ya empezaba a triunfar en todo
el país dentro de la segunda mitad del siglo XVIII. Ya durante su estancia en
Ferrol, compatibilizando esta faceta de su biografía con sus labores como
ingeniero, inició en 1763 la construcción de la nueva parroquia de San Julián,
reconvertida también en concatedral, en el barrio de la Magdalena, muy cerca de
la zona militar de la ciudad. Sin embargo, su obra más importante en este
aspecto es la fachada de la catedral de Lugo, que había quedado en gran parte
destruida durante el terremoto de Lisboa de 1755. Este edificio fue proyectado
por el conquense como una especie de retablo clásico, de línea recta, formado
por cinco calles, tres más las dos que se corresponden con las torres
simétricas, de dos cuerpos cada una de ellas excepto, como no podía ser de otra
forma, las de los dos extremos. La calle central aparece rematada con un
frontón triangular y un friso recto, rematado a su vez por tres estatuas, que
recuerda el proyecto realizado por Ventura Rodríguez para la catedral de
Pamplona, y también a algunas iglesias renacentistas y neoclásicas italianas.
Julián
Sánchez Bort falleció en Cádiz el 31 de agosto de 1781, cuando era director del
arsenal de La Carraca.
Catedral de Lugo
Foto: Wikipedia