Algunos museos, a pesar de su aparente humildad, esconden en
sus salas algunos objetos interesantes que son la prueba viva de la historia de
este país llamado España, un país que, por otra parte, es una de las naciones
más antiguas del mundo, a pesar de que desde algunos lugares, y desde algunas
ideologías, se nos quiere hacer creer lo contrario. Este es el caso del Museo Naval
de Las Palmas, que se encuentra en el Arsenal de la capital canaria, motivo que
lo ha convertido en uno de los más desconocidos, pero a la vez uno de los más
interesantes, de todo el archipiélago. El museo recoge en sí mismo la historia
de la Zona Marítima de Canarias, desde la ubicación en la ciudad, en 1916, de
la Comandancia de Marina, pero cuenta también con algunos objetos anteriores, que
permiten conocer al visitante diferentes aspectos relacionados con la historia
naval de un país que llego a ser, una verdadera potencia militar y política, y
que protagonizó, no hay que olvidarlo, la importante gesta universal de los
descubrimientos.
Uno de
los reclamos más curiosos para el visitante es su importante colección de
maquetas. Maquetas de los diferentes puntos defensivos con los que contaba Las
Palmas en los siglos precedentes, que posibilitaron, en algunas ocasiones, el
rechazo de las tropas inglesas y holandesas que a lo largo del tiempo
intentaron conquistarlas; como en 1797, cuando los canarios lograron rechazar
las tropas de Nelson, muy superiores en número. Y también maquetas de barcos, entre
los que destaca quizá el Juan Sebastián
Elcano, buque escuela de Armada española que todavía hoy surca los mares de
todo el mundo, como una escuela flotante de marinos, y que se ha ganado desde
hace mucho tiempo el respeto del todas las armadas. También la del San Juan Nepomuceno, un buque de línea
que participó en la batalla de Trafalgar, donde fue hecho prisionero por las
tropas inglesas del propio Nelson, pero sólo después de que los enemigos hubieran
matado a su capitán, el brigadier Cosme Churruca, y también a su segundo
comandante, Francisco de Mayúa.
También
es interesante su colección de armas antiguas, relacionadas siempre con la
Armada, de armas blancas y armas de fuego, y también algunas armas pesadas,
como un torpedo sonar igual a los que fueron utilizados por los alemanes
durante la Segunda Guerra Mundial, y trajes y escafandras, utilizadas antiguamente
para la inmersión a gran profundidad, y entre ellos, una que fue utilizada
durante las primeras misiones científicas de la Armada en la Antártida. Además,
cuenta el museo con algunos recuerdos interesantes de las últimas colonias
españolas en África, Río Muni y el Sahara; entre ellas destacan, por encima de
todas, las banderas que fueron arriadas definitivamente en El Aiun y Villa Cisneros,
cuando las últimas tropas españolas abandonaron las colonias. De especial interés
es la sala dedicada al crucero Canarias, un crucero pesado que se mantuvo
activo como tal entre 1931 y 1975, periodo en el que mantuvo una relación especial
con esta zona marítima de Las Palmas. Objetos que en buena parte han sido fruto
de las donaciones privadas de algunos de sus usuarios, que junto a los objetos
procedentes de la propia Comandancia de Marina, han conformado una colección bastante
interesante y
Para finalizar,
no quisiera olvidarme de su personal, a cuyo frente se encuentra desde hace poco
tiempo el teniente coronel Valeriano Rey Martínez, de Infantería de Marina. Un
personal eficiente que ama su trabajo, en mar o en tierra, y que atiende
siempre al visitante con la amabilidad y la seriedad que es característica del
estamento militar. Gracias a ellos, una parte de la historia de España puede
entenderse mejor en las salas de este museo sencillo, tan sencillo cómo
interesante e instructivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario