Entre las sierras agrestes de Segura, en el actual término de Santiago-Pontones (Jaén), se alza el pueblo de Santiago de la Espada. Se encuentra en el sureste de la comarca de la Sierra de Segura, muy cerca de los límites con las provincias de Albacete (al norte) y Granada (al sur). Con una altitud aproximada de 1.340 metros sobre el nivel del mar, está situada en un terreno: montañoso, enmarcado en el parque natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. El paisaje combina vaguadas, ríos (como el Zumeta), y unas huertas fértiles en los valles. En 2023, Santiago de la Espada contaba con 1.063 habitantes según los datos del padrón aunque se observa en los últimos años una tendencia decreciente de población; por ejemplo, en 2020 la población era de alrededor de 1.161 habitantes, más que en 2023. El pueblo tiene un estilo arquitectónico rural montañés: casas blancas, balcones de madera, arquitectura tradicional, limpieza en los espacios públicos, y cierto orden en su distribución urbana.
Pocos saben que su origen, bajo el nombre de El Hornillo,
está íntimamente vinculado a un grupo de pastores conquenses, de Cañete, según información aportada por Miguel Romero, que a su vez se hace eco de historiadores locales, que, en busca de
pastos de verano, acabaron dejando allí huella permanente. La historia de este
núcleo serrano es un ejemplo de cómo la trashumancia no solo articuló
economías, sino también poblamientos y formas de vida. Su primera denominación,
El Hornillo, no es casual. La tradición sitúa a un grupo de pastores reunidos
en torno a un horno rústico, tal vez de pan o de cal, que servía de referencia
en la montaña. Aquel hornillo dio nombre al paraje y, con el tiempo, a la
pequeña aldea, que se fue configurando en el siglo XVI. Estos colonos, en su
mayoría pastores procedentes de Cuenca, habían encontrado en la sierra de
Segura un espacio idóneo para el pastoreo estival, lo que acabó transformando
un punto de paso en un asentamiento estable. Con el tiempo, el Hornillo pasó a
conocerse como Puebla de Santiago y, finalmente, Santiago de la Espada,
denominación con la que ha llegado hasta nuestros días.
Como hemos dicho, la clave del nacimiento de este pueblo
reside en la trashumancia, una práctica que, ligada estrechamente a la
ganadería, durante siglos articuló la vida rural de la meseta. Así, los
pastores conquenses, siguiendo cañadas y veredas, trasladaban sus rebaños desde
Castilla hacia los pastos altos de las sierras jienenses en los meses de más
calor, cuando el ganado ya no podía encontrar allí la alimentación adecuada.
Este movimiento no era meramente económico: implicaba movilidad social,
contacto cultural y, en ocasiones, la decisión de asentarse, al menos
temporalmente, en lugares lejanos. Así sucedió en El Hornillo, donde algunos de
aquellos trashumantes conquenses decidieron permanecer de forma constante,
transformando su tránsito en raíz.
Durante la Edad Moderna, El Hornillo desarrolló una economía
mixta. A la ganadería ovina y caprina se sumaba el empleo de una agricultura de
subsistencia, así como el aprovechamiento de los recursos forestales que
proporcionaba la sierra. La documentación del siglo XVI revela un lento
crecimiento poblacional, así como cierta desigualdad en la distribución de
tierras y rebaños, reflejo de la polarización social que también se observa en
otros núcleos serranos. El legado conquense se percibe en la organización
pastoril, en las rutas de trashumancia y en el mismo carácter montañés de la
comunidad. De esta forma, de un horno y unos pastores surgió un pueblo, capaz
de perdurar en el tiempo, integrado en el mosaico de aldeas serranas de
Andalucía oriental.
Posteriormente, el núcleo adquirió la categoría de puebla,
lo que supuso un reconocimiento administrativo y eclesiástico. En ese proceso,
pasó primero a llamarse Puebla de Santiago, nombre que vinculaba la aldea a la
devoción jacobea y al patronazgo de Santiago Apóstol, muy arraigado en la
Sierra de Segura. El cambio definitivo a su nombre actual, Santiago de la
Espada se produjo en el siglo XVII, coincidiendo con la consolidación de la
parroquia, y con la tendencia a añadir el apelativo de la Espada, alusivo al
atributo iconográfico de Santiago como guerrero, (l Santiago Matamoros. El
título subrayaba la identidad cristiana y militante de la comunidad serrana, en
una época de fuerte simbolismo religioso, y de reafirmación tras la Reconquista
y la repoblación.
En este sentido, hay que recordar que la zona formaba parte
de la antigua santiaguista Encomienda Mayor de Segura de la Sierra, que había
nacido en el siglo XIII con el objetivo de defender la frontera frente al reino
nazarí de Granada y asegurar la repoblación de un territorio abrupto, poco
poblado y de difícil control. Poco tiempo después, esta encomienda santiaguista
se había convertido ya en una de las más poderosas de la orden de Santiago en
Castilla, y que no solo defendió una frontera crucial en la lucha contra los
moros, sino que impulsó el poblamiento de aldeas serranas, como la propia de
Puebla de Santiago, y que hoy, y no sólo con el nombre, sigue recordando esa
herencia en su propio nombre y en su identidad cultural.
Hoy, Santiago de la Espada conserva en su memoria colectiva
el origen pastoril y conquense de su fundación. La toponimia, las tradiciones
ligadas al ciclo ganadero, y la propia identidad serrana remiten a aquel
pasado. La cultura pastoril ha dejado huellas tangibles —corrales, cañadas,
senderos— y también intangibles: fiestas, relatos orales y una forma de
entender la montaña como espacio de vida y no solo de paso. La historia del
Hornillo muestra cómo la trashumancia conquense fue más que un movimiento
estacional: fue también un factor de repoblación y creación de comunidades.
Allí donde los rebaños encontraban pastos, los hombres hallaron hogar. En torno
a un horno, símbolo humilde de subsistencia, nació un pueblo que aún hoy
recuerda, en su propio nombre y en su identidad, la huella de aquellos pastores
que, desde Cuenca, llegaron hasta estas tierras de la alta Andalucía, para
quedarse definitivamente, y fundar nuevas poblaciones. Sin olvidar tampoco, por
supuesto, esa relación con la orden santiaguista, como la tuvo siempre también,
no debemos tampoco dejarlo de lado, con la propia Cuenca, ciudad a cuya
conquista contribuyeron, y no poco , los propios caballeros de Santiago.
.
El podcast de Clio: EL ORIGEN CONQUENSE DE SANTIAGO DE LA ESPADA
No hay comentarios:
Publicar un comentario