Cartagena, ejemplo de integración entre arqueología y urbanismo
Hasta hace sólo unas pocas décadas, la imagen que todos teníamos del arqueólogo era la de un hombre extraño, romántico del pasado, cubierto de polvo o de barro, que sólo con la ayuda de sus propias manos, o de una pala y un pico, horadaba la tierra, en busca de objetos antiguos. Sin embargo, hoy en día, la realidad de una excavación arqueológica es muy diferente. Cuando tenemos la suerte de acercarnos a uno de esos yacimientos, y si éste se encuentra en pleno trabajo de excavación, nos daremos cuenta de que se trata de una labor muy bien organizada, o así debe serlo, al menos, en los hacimientos más importantes, estructurada a través de un organigrama compuesto por diferentes profesionales muy especializados, cada uno de ellos dedicado a una tarea muy concreta dentro de la excavación. Así, junto al director de las excavaciones se encuentran una serie de fotógrafos y dibujantes -todos los descubrimientos hay que registrarlos de manera muy concienzuda, con el fin de facilitar el tr...