¿Encontrado un belén entre las ruinas de la ciudad de Pompeya? ¿Fake new o mala praxis periodística?
Hace algunos meses, saltó a la prensa generalista una noticia que parecía que iba a cambiar, de algún modo, la historia del imperio romano, o al menos, de una parte de esa historia: “Descubierto un nuevo emperador romano, Esponciano, gracias al descubrimiento de cuatro monedas de oro”. El supuesto emperador habría sido proclamado como tal en la provincia de la Dacia, en el año 260, y las monedas habían sido descubiertas hacia el año 1713 en Transilvania, aunque desde entonces, habían permanecido en algún sótano olvidado de la Galería de Arte Hunterian, en Glasgow (Escocia), hasta que alguien se había dignado a estudiarlas con detenimiento. ¿Hasta qué punto, este supuesto emperador desconocido, Esponciano, es digno de figurar en las listas de los principales mandatarios del imperio romano? ¿Fue de verdad emperador o, como mucho, uno de esos aspirantes a emperador, que intentó usurpar el trono en algún momento de la historia de Roma, y que sólo llegó a ser aclamado, durante unos po...