Un viaje al sur del marquesado de Villena (II)
Dejamos atrás Alcaraz y su castillo con la sensación de que la localidad tenía muchas cosas en común con Cuenca. En efecto, desde su fundación, también en época califal, como la ciudad del Júcar, a caballo entre los siglos X y XI, como Cuenca, hasta su brillante época renacentista, con algunos edificios similares a los de la capital y la provincia conquenses, y con algunos nombres de arquitectos y escultores que se repitan en un lugar y en otro -Francisco de Luna, Esteban Jamete quizá, y por encima de todos Andrés de Vandelvira-, y pasando por la conquista de la ciudad a los musulmanes, realizada también por el mismo rey Alfonso VIII, aunque en esta ocasión después de la victoria de las Navas de Tolosa. En efecto, fue el 23 de mayo de 1213, casi un año más tarde de aquella gloriosa victoria que consiguió abrir definitivamente las puertas de Al Andalus para los cristianos, cuando el monarca, tras un azaroso incendio y siempre con la compañía del arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximéne...